Formación

El PFI nace con la vocación de ofrecer capacitación y formación en materia de recursos hídricos en Iberoamérica, tanto a nivel de autoridades de gestión como a nivel técnico, y ya desde sus inicios se diseñó como un programa flexible y adaptable a las particularidades de cada contexto territorial, económico y político.

En sus inicios, el PFI se estructuró en 10 áreas temáticas, estando coordinada cada una de ellas por dos o tres países. Cada área tenía un funcionamiento independiente del resto de las otras áreas, dando lugar a que los resultados del PFI consistían en una yuxtaposición de actividades exitosas en sí mismas, pero con una falta de coordinación global entre ellas y sin un mecanismo posterior de difusión de resultados ni de evaluación de impacto. Dicho en otras palabras, este modelo de gobernanza dio lugar a un cierto mecanismo de funcionamiento de las áreas temáticas “en silos”.

Para solucionar este problema, se planteó una reestructuración del PFI, proponiendo que la red de puntos nacionales focales, que constituyen los miembros de la CODIA, pudieran identificar y seleccionar las actividades de interés. En este marco de trabajo se subrayó la importancia de dotar al PFI de un marco de gobernanza adecuado para su funcionamiento (desarrollando de un conjunto de elementos organizativos y protocolos de actuación necesarios para su adecuada ejecución técnica, teniendo en cuenta su estructura y marco financiero)