En 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Una de ellas se centra en la Planificación Integrada de los Recursos Hídricos, un tema clave para la sostenibilidad del agua y saneamiento en América Latina. Conversamos en los márgenes del Latinosan sobre este tema con Mario Schreider, director de la Cátedra UNESCO, Agua y Educación para el Desarrollo Sostenible de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe Argentina.
¿Cuál es el motivo de su visita a Costa Rica?
He sido invitado a participar en la reunión intermedia anual de la Conferencia de Directores Iberoamericanos del Agua (CODIA), para hablar de una de las componentes que refleja el indicador 6.5.1 de la meta 6.5 sobre la planificación integrada del recursos hídrico del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 que se marcó Naciones Unidas para lograr la universalidad de los servicios de agua potable y saneamiento. He intentado aportar lo que tiene que ver con el fortalecimiento y desarrollo de capacidades de los organismos de cuenca (OOCC).
¿Cuál es su experiencia para fortalecer estos organismos?
A lo largo de los últimos 5 años he participado en diversas actividades y talleres en donde los destinatarios de estas actividades son a su vez los principales protagonistas. Esos destinatarios son integrantes de los consejos de cuenca y los talleres han sido espacios de reunión, de convergencia, de intercambio de ideas lo que ha conducido a la posibilidad de reflexionar sobre aspectos que resultan muy vinculados al indicador 6.5.1. para ver el grado de implementación de la gestión integral del recurso hídrico está teniendo a nivel de cuenca. En el año 2015 se realizó el primero de estos talleres del que participaron miembros de consejos de cuenca de cinco países de América Latina y en el que se dio el primer impulso a esta estrategia de dialogo y participación entre pares, para reflexionar sobre problemáticas comunes y modos de superarla. Las ediciones posteriores fueron incrementando progresivamente el número de países participantes, llegando a la instancia del Taller realizado en noviembre de 2018 en Cartagena de Indias, en donde hubo 18 países de la región representados en el evento.
El desarrollo de cada uno de esos talleres permitió, al tiempo que arribar a conclusiones sobre los temas tratados, servir como disparador de necesidades que los miembros de los organismos de cuenca identificaban como prioridades para el fortalecimiento de esas organizaciones. De este modo la secuencia de talleres no se concebía como la repetición para públicos diferentes de conceptos repetidos, sino como un proceso de mejora continua que buscó aportar fortalezas a los participantes, a la vez que identificar nuevas debilidades a ser abordadas en ediciones posteriores. Esta dinámica ha resultado muy motivadora para los potenciales participantes, quienes han demostrado un creciente interés en este tipo de actividades. Prueba de ello es el significativo incremento de postulantes que se da con cada nueva edición del taller.
¿En qué consiste este componente?
El indicador 6.5.1. analiza el entorno propicio de las instituciones, los instrumentos de gestión y el financiamiento. Los avances en los marcos legales y las normativas han sido bastante significativos en muchos de los países de América Latina, pero por el contrario, a la hora de que las implementen en el territorio esos planes de gestión aparecen ciertas debilidades. Por eso es necesario fortalecer y dotar de capacidades a las instituciones para poder cumplir mejor sus funciones.
Los organismos de cuenca, no escapan a esta situación. Un primer paso en el proceso de fortalecimiento de las organizaciones, es el reconocimiento de las debilidades existentes. Es así que el primero de los talleres hizo eje en la identificación de los principales obstáculos que se oponen al logro de un funcionamiento de los organismos de cuenca de acuerdo a los principios de la GIRH. En este sentido tres fueron los factores analizados: a) falta de financiamiento b) problemas de representatividad y c) acceso, manejo y difusión de la información. Para cada de estas problemáticas se propusieron líneas de acción que llevarían a su superación. El detalle de las conclusiones en ese taller se presentan en el cuadernillo de experiencia publicado por la Fundación CEDDET.
Las conclusiones alcanzadas y las soluciones propuestas fueron nuevamente puestas en análisis en las actividades posteriores. Tales talleres demostraron que si bien se habían producido avances puntuales, la problemática en su esencia permanecía inalterable. Un aspecto repetidamente resaltado en los distintos talleres, es el que corresponde a la representatividad y las capacidades de los representantes para ser un nexo válido entre sus representados y las estructuras de tomas de decisiones. Se supone que un organismo de cuenca incluye al sector gubernamental, usuarios y sociedad civil, muchas veces esa representación existe, pero esa persona que está en nombre de un sector de la sociedad civil representando no necesariamente es representativo de esos sectores a los que se supone que representan, ni los actores están en conocimiento de quien los representa, hay una cierta desconexión en los niveles de representatividad de los actores. Además, muchas veces los niveles de comunicación no tienen los formatos más adecuados para llegar a la gente. Esta problemática exige mejoras en los procesos de selección de los representantes, en las instancias de capacitación y empoderamiento y en las estrategias de rendición de cuentas que esos representantes deben hacer ante sus representados.
En síntesis la GIRH a nivel de cuenca ha demostrado avances significativos en América Latina, sin embargo mayores esfuerzos deben hacerse para mejorar los mecanismos de representación, promoviendo un mayor involucramiento de los actores , favoreciendo su capacitación y diseñando canales de comunicación más fluidos y directos con sus representados. Solo así se podrá construir ese vínculo de confianza entre representantes y representados, requerimiento ineludible para alcanzar la meta 6.5. sobre gestión integrada y lograr valores apropiados del indicador 6.5.1.
Fuente: IAGUA/AECID